El ojo de los seres humanos tiene un lente natural llamado cristalino, el cual como su nombre lo indica debe ser transparente para que permita el paso de la luz hacia el interior del ojo y estos rayos lleguen a la retina para ser transformados en impulsos nerviosos, reconocidos por el cerebro como imágenes y colores.

Este cristalino con el paso de los años y debido a la oxidación y modificación de las proteínas que lo componen, sufre cambios en su coloración, por lo que  se va haciendo más denso y provocando su opacidad progresiva llamada comúnmente catarata.

 Cuando se ha formado una catarata, casi siempre es progresiva y bilateral, los cambios en su densidad y coloración son muy variables que van desde una pequeña opacidad central posterior o periférica hasta la opasificación total que puede llegar a impedir que la luz pase a través del ojo, lo que provoca imágenes borrosas y turbias y disminución progresiva de la visión y en algunos casos ceguera.

La catarata es la primer causa de ceguera reversible en todo el mundo; afecta al 42% de la población entre 60 a 80 años y al 68% de los mayores de 80 años.

La edad es el principal factor para el desarrollo de cataratas, sin embargo otros factores pueden influir,  como la exposición crónica a los rayos ultravioleta, fumar, la diabetes y la predisposición genética.

Existen otros tipos de catarata como son la catarata congénita, la cual se debe tratar lo antes posible si ésta obstruye el eje visual del recién nacido, ya que de lo contrario puede producir una ambliopía o retraso del desarrollo visual en forma permanente. Catarata traumática, debido a golpes directamente sobre el ojo o por trauma penetrante.  La catarata metabólica, en pacientes con enfermedades como la diabetes u otros defectos del metabolismo de los lípidos.  La catarata secundaria al abuso de esteroides, y cataratas relacionadas con otras enfermedades intraoculares principalmente de tipo inflamatorias.

Tratamiento  de la catarata

Actualmente la cirugía de catarata es el procedimiento quirúrgico que más se realiza en todo el mundo, por este motivo existe una amplia experiencia y avances tecnológicos que permiten una mejor y más rápida rehabilitación visual.

No existe tratamiento médico para detener la progresión o eliminar la formación de catarata, por lo que en la mayoría de los casos la extracción quirúrgica de la catarata y la sustitución del cristalino por un implante de lente intraocular que nuevamente permita el paso de la luz al interior del ojo, es el procedimiento que normalmente  se realiza.

Cirugía de catarata con facoemulsificación

La cirugía de catarata actualmente se realiza por medio de una técnica llamada facoemulsificación; esta técnica de microcirugía es la más moderna y segura actualmente para eliminar las cataratas, se realiza bajo anestesia tópica ósea con gotas solamente, sin inyecciones dolorosas y por medio de una micro incisión de 1.6 a 2.2 mm,  se introduce una cánula que por medio de  movimientos ultrarrápidos emulsifica o pulveriza los fragmentos de la catarata previamente divida en fragmentos pequeños, hasta dejar completamente libre el espacio o bolsa capsular donde se encontraba la catarata, sitio en donde se deberá en la mayoría de los casos implantar un pequeño lente intraocular medido previamente para cada paciente, con el cual los pacientes en caso de no tener ninguna otra patología ocular pueden llegar a recuperar la visión en su totalidad.

La cirugía de catarata con facoemulsificación normalmente tiene una duración de menos de 15 minutos y es un procedimiento totalmente ambulatorio por lo que no requiere de hospitalización y permite que la recuperación sea muy rápida y que los pacientes se incorporen a su vida cotidiana prontamente.